Los surrealistas deseaban cambiar la vida. Y para ello era necesario cambiar la mirada.
Después de comprender el movimiento surrealista y la ambición anti-foto de aquel lugar nos fuimos a conocer otras realidades. Asfalto ardiendo; nueces, tomate, gorgonzola y albahaca; acentos indescifrables; portadas con relieve.
Así cambiamos la mirada nosotras. Así somos surrealistas.

